Amalia Low
Sino puedes oír, léela:
Mientras un oso perezoso despertaba y agradecía al árbol en
el que durmió, apareció un cocodrilo quien con engaños pidió frutas al oso y
más tarde planeo quedarse con todas así que le mostró al perezoso qué al otro
lado había una osa perezosa y hasta le ayudó a cruzar el río y cuando estaban
en la mitad. El cocodrilo lo lanzó por los aires y lo mordió. El oso escapo.
Después el cocodrilo se comió todas las frutas y el árbol lloró de la tristeza
y el río se secó y todo el campo un desierto se volvió.
El cocodrilo acalorado
sediento despertó y al ver que todo había cambiado arrepentido lloró.
Los osos pasaron el río seco,
y vieron al reptil llorar por querer para el solo las frutas y el mal
que hizó sin medir el daño que causó, sus lágrimas sinceras al árbol conmovió y
floreció, así regresó la alegría y la sabana reverdeció y los animales
celebraron que cocodrilo se convirtió.
Cuando cuidamos lo recursos de la naturaleza y compartimos
sin vileza podremos disfrutar con amigos de corazón, esto nos deja ver Amalia
Low en su cuento Las lágrimas de cocodrilo.
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